miércoles, 5 de febrero de 2014

Fallece Fco. Granados Salvador, histórico militante de nuestra Agrupación.

Cuando todavía no nos habíamos repuesto de la pérdida de nuestros camaradas Manuel Jaen Pereira y Manuel Gonzalo, los comunistas sevillanos hemos sufrido otro duro golpe al conocer la muerte del histórico Francisco Granados, al que todos conocíamos como “Macoco”, un militante ejemplar, símbolo de una de las agrupaciones más importantes de la ciudad -la de Cerro-Amate-, a pesar de que Paco “Macoco” no era patrimonio exclusivo de esa agrupación, sino de todos los comunistas de Sevilla.

Macoco representaba como pocos lo han hecho la ejemplaridad de la militancia comunista. Trabajador humilde y abnegado, nunca aspiró a ningún puesto de dirección y sencillamente dedicó toda su vida a darlo todo por los trabajadores, por los vecinos, por su ideal y por su partido.  La humildad y el trabajo eran ciertamente los rasgos
más sobresalientes de Macoco. Recuerdo que cuando una multitud de vecinos, compañeros y camaradas fuimos a acompañarlo en la inauguración de una plaza en su barrio con su nombre, él agradeció en un emotivo discurso el gesto afirmando que tan sólo había “hecho lo que los tiempos y las circunstancias me pedían en cada momento, lo que posiblemente volvería a hacer una y cien veces.”
 
Pero las circunstancias que le tocaron vivir en medio de la dictadura franquista no le pidieron poco. Al haber adquirido conciencia de lo que ocurría a su alrededor, y siendo familiar de represaliados, sufrió desde su misma infancia las garras del fascismo. Torturas, detenciones y cárcel fue el precio que pagó por atreverse a desafiar a un régimen genocida que no estaba dispuesto a que se cuestionase el papel de la oligarquía. Él no se amedrentó, y siempre siguió adelante, sin pensar en las consecuencias; por mucho que ello le costase varios trabajos en una España hambrienta, e incluso truncase con ello una prometedora carrera como futbolista profesional.

Un hombre coherente de su barrio, al que todos recordaremos vendiendo el Mundo Obrero, o repartiendo octavillas, o haciendo pancartas; llegando cada día a su sede en la plaza de las Moradas para tener abierto el local de los comunistas a los vecinos, o llevando los periódicos al Comité Provincial,.. en definitiva, haciendo esas cosas que, aunque no aparezcan en la prensa, resultan imprescindibles para que el partido siga vivo, para que respire en cada barrio y no se convierta en algo alejado de la gente de a pie. Macoco no saldrá nunca en los libros de Historia, demasiado ocupados en narrar las vidas de los grandes protagonistas, pero deja en todos los que lo conocimos un ejemplo de vida que nunca podremos olvidar, porque son las personas, los hombres y mujeres que dieron su vida una vez, y la volverían a dar una y mil veces por las grandes causas, los verdaderos motores de esta Historia movida por la lucha de clases.


Alejandro Sánchez Moreno. Sección de Historia de la FIM de Andalucía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pronto el moderador verá su comentario y si no es ofensivo, se publicará