martes, 11 de noviembre de 2014

Un nuevo proyecto de ciudad para un nuevo proyecto de país. Envía tus propuestas.

Porque es necesario, hagámoslo posible”
Vivimos unos tiempos sociales en los que lo anterior no acaba de morir y lo que viene no termina de nacer. El sistema capitalista, en su versión política española, bipartidista y monárquico, agoniza y necesita para respirar arrebatar a la mayoría de las personas el oxígeno que permite el derecho a una vida digna. Ha degradado lo público -que es de todos y de todas- porque necesita alimentar a los poderosos que se nutren de la pobreza. La corrupción forma parte de ese sistema que se agota, donde cada caso que aflora supera escandalosamente a los anteriores y, aún así, siguen asombrando y sorprendiendo a la capacidad de indignación de la inmensa mayoría.

Por eso los servicios esenciales, la sanidad, la educación, los servicios públicos, -en la ciudad y en el país- están en el punto de mira de las grandes multinacionales que se frotan las manos porque saben que pueden corromper y conocen a quienes para conseguir su indisimulado objetivo: que hasta el aire para respirar termine siendo de pago y que ya estarán ellos para compensar a aquellos que trasvasen al ámbito privado el patrimonio de todos y de todas.

El DERECHO AL TRABAJO se ha convertido en un bien escaso, en manos exclusivas de las empresas privadas ante el abandono incomprensible del poder público para intervenir y así corregir la enorme asimetría favorable al empresario frente al trabajador. El resultado de esa renuncia no puede ser más descorazonador: tener trabajo hoy en día no es suficiente razón para evitar la pobreza y la exclusión. Tener vivienda hoy en día no asegura que se podrá tener mañana y no deja hacer planes de estabilidad y de proyectos personales presentes o futuros. Tener hoy pan no significa que no puede faltar mañana. Combatir pues el paro es la primera tarea porque es la antesala de la pobreza y la pobreza es la antesala de la exclusión.

La inclusión de todos y todas en las sociedades civilizadas y solidarias, tal y como proponemos, deben contar con la existencia de una RENTA BÁSICA que garantice a las personas salir de la exclusión y dignificar sus vidas.

Estamos ante un momento de emergencia económica y social que requiere de la habilidad e inteligencia de todas las fuerzas de la mayoría social para construir, desde la UNIDAD POPULAR, un escenario de esperanza y de futuro colectivo.

En este contexto se presentan unas Elecciones Municipales vitales en mayo del próximo año. Estos comicios deben ser el revulsivo para provocar una quiebra definitiva con el modelo anterior y abrir paso a una revolución democrática y popular que ponga las bases ciudadanas para los cambios necesarios y posibles en los siguientes procesos generales. Y Sevilla debe jugar un papel destacado en la estrategia democrática del nacimiento de lo nuevo que nos anuncia ya, con la unidad popular, su imparable llegada constituyente.

De ahí la importancia de sumarnos entre quienes, desde la coincidencia en los objetivos de las Marchas de la Dignidad y las movilizaciones del 22M, hemos entendido la convergencia y la confluencia de sectores, organizaciones sociales, políticas y ciudadanas como la única estrategia capaz de conseguir la liberación de esos yugos y cadenas que nos impone el sistema caduco a derrotar.

Porque traducir a lenguaje de ciudad el lema combativo de “PAN, TECHO y TRABAJO” significa dar, sin vacilaciones, el poder al pueblo. Y que el pueblo -con fórmulas sinceramente participativas y democráticas- sea quien disponga para su desarrollo de la economía. Que sea el pueblo el que disponga de los SERVICIOS PÚBLICOS para que cubran las necesidades básicas de la mayoría de la población y que estos estén en las manos públicas, las de sus dueños legítimos, para evitar que sean una mercancía con la que comerciar los valores indeclinables e innegociables para la calidad de la vida de las personas.

Abramos un nuevo tiempo en el que la VIVIENDA sea un derecho y resulte imposible que pueda haber gente sin casa por razones económicas mientras algunos se enriquecen con la necesidad.

Comencemos una etapa en la que esté garantizado el MÍNIMO VITAL que proporcione la seguridad alimentaria para contar con la energía o con el agua como bienes imposibles de arrebatar.

Consolidemos Sevilla como la REFERENCIA MEDIOAMBIENTAL del sur del sur de Europa promoviendo la sostenibilidad en la movilidad y en el urbanismo para que, desde lo local, impidamos la muerte acelerada del planeta.

Hagamos de la IGUALDAD una bandera que reivindique la verdadera democracia entre hombres y mujeres, erradiquemos la violencia de género e impidamos la brecha salarial que separa y discrimina.
Recuperemos en Sevilla la CULTURA y el DEPORTE para que sirvan al interés general, y no a la obtención del beneficio privado, y para que la calidad de vida y la salud de las personas sean los únicos motores que rijan su impulso y desarrollo.

Declaremos Sevilla como una ciudad ABIERTA, donde el CIVISMO y la COOPERACIÓN sean las normas que marquen la convivencia entre sus gentes; donde ningún ser humano sea ilegal; y donde la migración sea contemplada como un fenómeno enriquecedor de nuestra propia diversidad.
Construyamos, en definitiva, entre todas las organizaciones, los partidos y la ciudadanía el PODER POPULAR suficiente para levantar sobre estas bases de justicia, democracia y solidaridad un nuevo proyecto de ciudad para un nuevo proyecto de país.
Sevilla, 8 de noviembre de 2014

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