Eran
ya pasadas las 10 de la noche cuando terminaba la reunión del
Consejo Local de IU de Sevilla ciudad.
Su
cometido era doble: Por un lado, conocer y aprobar, en su caso, los
trabajos que había venido desarrollando la comisión de diálogo con
otras fuerzas políticas, plasmados en un documento titulado “Para
Sevilla Queremos”. Por otro, el Consejo debía organizar con
garantías democráticas el Referéndum para que militantes y
simpatizantes pudieran conocer los términos de la consulta.