En estos días de movilizaciones históricas en
defensa del sistema público de pensiones y, por tanto, de debate mediático y
social sobre el asunto, se hace imprescindible repasar algunos de los hechos
que nos han traído hasta aquí y recordar, en consecuencia, la praxis del
partido que más años ha gobernado el país desde la transición, el PSOE.
Si bien la chispa que ha encendido los ánimos
de los y las pensionistas ha sido la famosa carta de la ministra Báñez
recordando la revalorización anual del 0,25%, aprobada en la reforma del
gobierno del PP de 2013 (empeorando, aún más si cabe, la reforma del gobierno
de Zapatero que entró en vigor el 1 de enero de ese mismo año), la verdad es
que han sido los gobiernos del PSOE los que han llevado a cabo ataques más dañinos
al sistema público de pensiones, a la capacidad adquisitiva de las pensiones y
al futuro de dicho sistema.
En octubre de 1984 (a dos años justos de la
gran victoria electoral del PSOE), se firmó el Acuerdo Económico y Social
(AES), bajo la promesa de creación de empleo. Almunia como Ministro de Trabajo
justificó el abandono de la promesa electoral de jubilación a los 64 años
alegando que no era urgente ni prioritario.