Tesis 20 bis. Adecuar nuestra relación con IU
Han transcurrido 24 años desde la celebración del XIII Congreso del
PCE y la III asamblea federal de IU donde ésta dio un paso adelante
superando la fórmula de coalición electoral y adquirió, jurídicamente,
la de partido político. En aquel momento el Partido decidió ceder
jurídicamente sus competencias electorales en IU como también lo
hicieron el resto de partidos que en aquel momento estaban integrados en
IU (PASOC, IR y CUT). Lamentablemente, las inercias heredadas del
pasado, las contradicciones centro/periferia (dirección
federal/federaciones), el excesivo peso del institucionalismo y la lucha
por el control de los órganos de dirección como mecanismo para la
selección y reproducción de cargos públicos llevaron a que en la
práctica las novedades que se introdujeron en el modelo organizativo
(nuevas formas de hacer política, áreas de elaboración, asambleas
abiertas….) nunca llegaran a desarrollarse y se impusiera una concepción
vertical y tradicional centrada en lo institucional y en una
organización máquina electoral clásica. A partir del XVI Congreso (2002)
el PCE comenzó, desde la autocritica por su parte de responsabilidad, a
criticar esta situación y a exigir una IU organizada como Movimiento
Político y Social, desde entonces hemos trasladado a IU nuestras
propuestas para deconstruir la IU partido político y recuperarla como
movimiento político y social, especialmente en el año 2008 con los
acuerdos de nuestra conferencia política que se plasmaron en el llamado
documento de los 100 (Por una IU Anticapitalista, Republicana, Federal y
Alternativa organizada como movimiento político y social) donde
abogábamos por la recuperación de las señas de identidad fundacionales
de IU.
Lamentablemente, ocho años después hemos de reconocer que aunque
ganamos el debate político (frente a la subordinación al PSOE de
Zapatero y el ciudadanismo del que hacía gala la dirección encabezada
por Gaspar Llamazares conseguimos resituar el eje del discurso en la
contradicción capital trabajo y en la autonomía y soberanía de IU)
nuestras contradicciones nos impidieron avanzar con la misma firmeza en
la transformación organizativa de IU. Creemos que no haber resuelto a
tiempo estas contradicciones, no haber sido más audaces en la aplicación
de lo que planteamos en la IX Asamblea Federal son parte de las causas
del retroceso social y electoral que hemos visto en este ciclo electoral
que acaba de concluir.
Sin embargo, los procesos en los que hemos participado y en los que
la militancia del PCE ha jugado un papel fundamental tanto en las
elecciones municipales como en las generales, con todas sus
contradicciones e insuficiencia, nos han recordado las señas
fundacionales de Izquierda Unida: radicalidad democrática (primarias
abiertas para la elección de candidatos y candidatas), asambleas
abiertas para la elaboración de los programas electorales y las alianzas
en torno al programa, otras formas de hacer política, métodos de
elección inclusivos y paritarios, etc. La realidad nos ha hecho avanzar
mucho más en la construcción de un movimiento político y social que
todos los acuerdos que hayamos podido tomar y que luego no hemos podido o
sabido aplicar. Por tanto, es el resultado de estas experiencias el que
debemos trasladar a la próxima asamblea de IU, normativizar la
experiencia y no al revés.
En estos procesos y en otros que están aún más embrionarios
(sindicalistas por la unidad popular, marchas por la dignidad, el PCE ha
participado con voz propia, unas veces junto a IU, otras, las más,
supliendo la ausencia de IU
Y en este sentido, el de hacer posible la plasmación en la práctica
del movimiento político y social nos debe llevar a revisar aquellas
decisiones que tomamos en otros tiempos y con otras realidades y que no
han servido para avanzar en las estrategias del Partido sino que han
ayudado a todo lo contrario.
Como decimos en la siguiente tesis tenemos la firme voluntad de
caminar junto a aquellos y aquellas con los que hemos venido
construyendo IU en estos años pero estamos convencidos que lo haremos en
mejores condiciones, desde nuestra propia soberanía, sin ataduras
jurídicas como ya ocurre con el resto partidos que integran la propia
IU. Es por ello que acordamos dejar sin efecto los acuerdos del XIII
Congreso y del Comité Federal de 21 de junio de 1992 sobre cesión de
competencias y trasladar este acuerdo a los Estatutos del partido
mandatando al Comité Federal a que haga la revisión necesaria de los
mismos. Porque entendemos que nuestra apuesta
por la convergencia sigue con la misma fuerza que en 1983, porque nos
corresponsabilizamos de nuestra historia y nos sentimos orgullosos de
seguir formando parte de una organización como IU y de su militancia,
queremos seguir caminando junto a ellos la senda de avanzar en la
construcción del espacio de ruptura en nuestro país y hacerlo desde la
política.
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