Cuarenta y siete años han pasado de los Disturbios de Stonewall. Treinta
y nueve de la primera manifestación LGTB en España. Treinta y ocho años
desde que se dejó de perseguir y criminalizar la homosexualidad en
España con la modificación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación
Social. Once años desde que podemos contraer matrimonio.
Una lucha LGTBI que no solo se ha realizado en fechas claves, sino que se vive día a día con el activismo de muchas personas, y el sufrimiento de víctimas anónimas. Personas que durante la dictadura se jugaron la vida, permanecieron en la cárcel, o que a día de hoy son agredidas en las calles de nuestro país solo por ir cogidos de la mano o por ser transexuales, niños y niñas acosados e insultados en los colegios, sin olvidar el alto número de suicidios que se da en personas LGBT. Personas que sufrieron y sufren la violencia de una sociedad heteropatriarcal, de unas instituciones que no protegen, unas leyes que no se aplican y que no garantizan poder vivir en una sociedad igualitaria, o de una institución como la iglesia católica que permite que se nos insulte y humille desde sus púlpitos.
Nuestra lucha no debe quedarse en aquel
año 2005, debe continuar ya que seguimos sin una igualdad real, seguimos
necesitando una ley integral trans de carácter estatal. Necesitamos una
ley de igualdad de trato y contra la discriminación que nos defienda en
el ámbito educativo, laboral, en la esfera pública… y una ley integral
de víctimas de delitos de odio, que nos proteja contra la violencia que
ejercen sobre nosotras y sobre otras minorías.
Una lucha la nuestra que va unida a
otras muchas como la feminista, los de las personas migrantes, contra la
precarización del empleo, la del pueblo gitano, la de las personas con
diversidad funcional. Porque todas pertenecemos a una misma sociedad y
todas queremos una sociedad con los mismos derechos y libertades.
En un año en el que está de actualidad
la dura realidad de los/las refugiados/as, no debemos olvidarnos de
todas y todos los refugiados y refugiadas LGTBI que son perseguidas en
el mundo, en países donde se nos sigue matando como por ejemplo Arabia
Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Mauritania o Yemen.
Este año queremos reconocer la vida de
muchos héroes y heroínas anónimas que sufrieron durante la dictadura, y a
quienes posteriormente reivindicaron y reivindican nuestros derechos en
democracia en las calles, en sus puestos de trabajo, en los colectivos,
en las instituciones. Gracias a las personas mayores que dieron tanto
por la libertad que disfrutamos hoy. Nuestro recuerdo a las personas que
se fueron por diferentes motivos, pero que siguen siendo un ejemplo a
día de hoy como el joven trans Alan, la mujer transexual Sonia, o Juan
Andrés Benítez, asesinado por los Mossos d’Esquadra. También queremos
recordar a las 49 víctimas de la masacre homófoba de la discoteca gay de
Orlando, uno de los mayores atentados de odio homófobo de las últimas
décadas.
Por ultimo un agradecimiento a las
personas que en 1977 en el PCE fundaron el Movimiento Democrático de
Homosexuales, fueron nuestros predecesores en estos 30 años de activismo
de Izquierda Unida, donde seguimos trabajando por una sociedad libre de
LGTBIfobia.
Transmaribibollos en lucha. Ayer, hoy y siempre. ¡No pasarán!
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