José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.-
¿Quieren saber en qué consiste lo que llaman “libertad de prensa”? Pues se lo
vamos a explicar con un ejemplo muy actual.
Diego Valderas, Vicepresidente de la Junta de
Andalucía, hoy gobernada por un pacto entre el Partido Socialista (PSOE) e
Izquierda Unida, es en estos días blanco de una intensa campaña mediática de
desprestigio (1).
Valderas ha anunciado, por ejemplo, que la Junta de
Andalucía impulsará relaciones de cooperación directa –ecónomica pero también
política- con los gobiernos revolucionarios de América Latina, en especial con
Cuba y Venezuela (2). Así hablaba sobre la Revolución cubana en el último
Encuentro Andaluz de Solidaridad con Cuba: “Lo que debemos a Cuba es mucho más
que lo que Cuba nos pueda agradecer (a Andalucía): el ejemplo que ofrece
exportando solidaridad, entereza política, valentía y sufrimiento
revolucionario, esperanza de que es posible frenar y derrotar al capitalismo, no
doblegarse ni arrodillarse ante el imperialismo” (3). Y esto decía en el
homenaje póstumo realizado en Madrid al líder de la Revolución Bolivariana Hugo
Chávez. “(Luchamos por) una sociedad más justa, donde haya dirigentes y
gobiernos que sean capaces de defender abiertemente, fuertemente, a los de abajo
frente a los de arriba, a los que están explotados frente a los explotadores. Y
eso ha venido a significar el discurso y el quehacer político del comandante
Hugo Chávez” (4).
Pero no han sido sus planteamientos en materia de
política exterior los que han generado la citada campaña mediática. Recordemos
que hace unos meses la Junta de Andalucía, por iniciativa de Izquierda Unida,
aprobó un decreto que permite el embargo de las viviendas vacías propiedad de
las entidades bancarias (5).
La banca no ha tardado en reaccionar. Y lo ha hecho a
través de los medios de comunicación que controla más directamente, como el
poderoso diario ABC. El ABC pertenece al Grupo Vocento, cuyo accionariado está
en manos de varias familias ligadas a la gran banca española y a otros poderosos
sectores (6): su principal accionista es la familia Ybarra, varios de cuyos
miembros son altos cargos de uno de los principales bancos, el BBVA
(7).
El diario ABC
–valiéndose de información privada evidentemente aportada por la banca-
publicaba hace unos días que Diego Valderas adquirió en 1995, a una entidad bancaria, un piso que
había sido embargado a otra familia (8). El mensaje es claro: quien dice
defender a personas desahuciadas por la banca en el pasado se aprovechó de su
desgracia (9).
Nada ha
importado que el propio Valderas desmintiera completamente esta acusación y
confirmara que adquirió su vivienda -mediante una hipoteca común- tres años
después de quedar vacía (10). La acusación, convertida en realidad informativa
por el ABC, saltaba después a periódicos, tertulias de televisión y radio, e
incluso a los informativos de televisión de mayor audiencia. El acusado –sin
derecho a la defensa- quedaba sentenciado socialmente por obra de los medios
(11).
La portavoz de la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca Ada Colau salía en defensa de Diego Valderas, y calificaba dichas
informaciones como “ofensiva de descrédito mediático" contra el Gobierno andaluz
por el citado decreto (12).
Esta campaña recuerda a la que mantuvo, durante años,
el mismo diario ABC, contra el anterior ayuntamiento de Sevilla, gobernado
entonces también por una coalición PSOE-Izquierda Unida. El ABC publicó uno tras
otro todo tipo de montajes y mentiras sobre los acuerdos de cooperación de
Sevilla con Cuba (13). Su objetivo entonces fue ensuciar, por ejemplo, la imagen
del programa de alfabetización que comenzó a llevarse a cabo en dicha ciudad
andaluza con asesoría técnica del Gobierno cubano, y el ejempo –tan molesto para
los poderosos- de que un país pobre como Cuba es capaz de ayudar a sectores
excluidos de una ciudad del llamado Primer Mundo (14).
La actual campaña mediática contra el Vicepresidente
de Andalucía Diego Valderas es un magífico ejemplo del control que ejercen la
banca y los grandes grupos de poder económico sobre los medios de comunicación.
Y una prueba más de que Europa debería seguir el camino trazado por algunos
países de América Latina para desmontar los latifundios mediáticos, verdaderos
depredadores de la libertad de información, expresión y
prensa.
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José Manzaneda - Coordinador de Cubainformación
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