En un momento excepcional, el discurso y la acción del Partido Comunista
de España debe ser excepcional. Por lo que el XIX Congreso del PCE hace
un llamamiento a la movilización y a la conflictividad, intentando
aglutinar a la mayoría social y elevando su nivel de conciencia. Hacemos
un llamamiento a la ciudadanía para que defienda una democracia social,
económica y política que haga al pueblo depositario de la soberanía
plena.
El compromiso del PCE con la construcción de un proceso constituyente,
parte de la denuncia de la hipocresía de las fuerzas que llevan años
desmantelando la Constitución del 78 porque les viene grande, porque les
sobran los derechos que reconoce, aunque sea sólo de forma simbólica,
porque han introducido, el artículo 135 que pone toda nuestra economía
al servicio de la banca.
Frente a este intento de imponer una salida antisocial a la crisis, el
XIX Congreso del PCE no asume la derrota y con toda claridad proclama su
rechazo a cualquier Pacto de Estado que pretenda asegurar la
restauración en una democracia limitada y secuestrada, para que la
oligárquica blinde los intereses del capital para los próximos cuarenta
años. Los comunistas no vamos a facilitar a la monarquía una transición
pactada, sino al contrario, cada vez con más fuerza, situamos la lucha
por la III República.
Para ello, es necesario construir un Bloque Político y Social capaz de
conducir un cambio de sistema, es decir, conseguir una democratización
del poder político y social para construir un nuevo Estado, una nueva
economía, y una nueva sociedad justa e igualitaria, una Res-pública de
mujeres y hombres libres del mal social de la explotación y del dominio.
Construir un bloque político y social para la Ruptura Social y
Democrática.
El Partido Comunista de España sabe lo que significa poner la unidad de
la izquierda por encima de cualquier otro planteamiento y, una vez más
en la historia, proclamamos desde este XIX Congreso nuestra pasión por
la unidad de la clase trabajadora, de las fuerzas de la cultura, de la
juventud, de las mujeres y de los sectores populares a los que llamamos a
rebelarse.
Esta convocatoria a la rebelión democrática, tiene que comenzar con una llamada a:
1.- La realización de una auditoría ciudadana de la deuda pública y la ruptura con la Troika.
2.- La actuación de los comunistas en los ayuntamientos y la defensa del poder local
3.- La elaboración de una propuesta de democracia avanzada y participativa-
1.- LA REALIZACIÓN DE UNA AUDITORÍA CIUDADANA DE LA DEUDA PÚBLICA Y LA RUPTURA CON LA TROIKA.
La deuda pública se ha convertido en el instrumento más útil para las
grandes empresas y grandes fortunas para llevar a cabo, y justificar
simultáneamente, el expolio a los pueblos europeos.
La deuda pública de España era en 2006 tan sólo del 36,6%, mientras que
en 2012 había alcanzado un 84,2% y se prevé que para finales de 2014
llegue a sobrepasar el 100%. Este espectacular crecimiento tiene su
causa en las políticas que el Gobierno ha puesto en marcha para
enfrentar la crisis creada por ellos mismos.
El capitalismo español, con todos sus rasgos caciquiles, clientelares y
corruptos, se ha agotado. Y para superar tal crisis el sistema busca una
reestructuración a fondo que paguen los trabajadores en forma de
recortes, desempleo y desmantelamiento de las conquistas sociales y
económicas.
En dicha tarea juega un papel fundamental la troika, la cual con sus
políticas a favor de las “reformas estructurales” aspira a convertir a
España en una economía más dependiente y periférica, cuyo crecimiento
tenga sus fuentes en el empobrecimiento de los trabajadores.
Tanto PP como PSOE han cerrado filas en torno a la troika y sus
dictados. La institucionalización del dogma de la “consolidación fiscal”
ha sido uno de ellos. La reforma constitucional de 2011, que otorgó
prioridad absoluta al pago de los intereses de la deuda pública por
encima de cualquier otra partida de gasto, subordinando a la ciudadanía
al capricho de los mercados y de su incesante afán de lucro. Tal
reforma, a la que siguió la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y
Sostenibilidad Financiera, convirtió de facto a la deuda pública en una
palanca financiera con la que se justifica el desmantelamiento de la
sanidad, la educación, los servicios sociales e incluso los derechos
laborales y civiles.
Para resistir este proceso de transformación social regresiva y poder
comenzar un nuevo proceso de reconstrucción social y de lucha
democrática es necesario que el Gobierno de España rompa relaciones con
la troika y se niegue tajantemente a aceptar políticas que perjudican a
la clase trabajadora mientras benefician a las clases dominantes. Por
ello proponemos comenzar con el eslabón más importante de esa relación:
la deuda pública.
El XIX Congreso del Partido Comunista de España exige la realización de
una auditoría ciudadana de la deuda pública que permita delimitar qué
parte de los contratos son ilegítimos, a partir de un criterio
esencialmente solidario y de justicia social, y poner en marcha un
proceso de reestructuración de dicha deuda, entendemos que gran parte de
la deuda no es una deuda de la clase trabajadora sino de los culpables
de la crisis y que en consecuencia no se debe pagar, trabajando con
cuantos colectivos sociales, políticos o ciudadanos coincidan en este
mismo objetivo.
2.- LA ACTUACIÓN DE LOS COMUNISTAS EN LOS AYUNTAMIENTOS Y LA DEFENSA DEL PODER LOCAL
En Abril de 1979 fueron elegidos miles de concejales comunistas en los
Ayuntamientos de toda España. Bajo el lema “Quita un cacique, pon un
Alcalde”, el Partido Comunista de España canalizaba la esperanza del
pueblo trabajador organizado en el propio Partido, sindicatos o unas
Asociaciones vecinales que vertebraban poder popular de una forma
articulada y de gran incidencia social.
Treinta y cuatro años después, el gobierno del Partido Popular ha
iniciado un proceso de demolición de los ayuntamientos entendidos como
administración más cercana. La reforma del artículo 135 de la
Constitución, que tanto daño está provocando en las capas populares, se
revela como el anclaje a partir del cual inician un proceso para
eliminar competencias municipales, suprimir servicios y privatizar
aquéllos estratégicos cuya rentabilidad siempre ha revertido en favor de
la comunidad local, como es el caso del Ciclo Integral del Agua.
Hablan los neoliberales, en una constante perversión del lenguaje, de
clarificar competencias cuando quieren decir supresión de servicios; de
reordenación del sector público cuando quieren decir despidos masivos; y
de promoción de la actividad privada cuando quieren decir privatización
en favor de las empresas de la oligarquía financiera española, que,
agotado el modelo del ladrillo, buscan en la rentabilidad de los
servicios municipales el nuevo manantial de negocios.
De los tres niveles de que se compone el Estado, el local es el que con
diferencia contempla más potencialidades para desarrollar los mecanismos
de una democracia participativa directa, que refuerce a la ciudadanía
en su capacidad de determinación de las política de su territorio.
Por ello, el XIX Congreso del Partido Comunista de España:
1.- Defiende la necesidad de profundizar y mejorar el nivel
competencial de los municipios españoles acompañado de un modelo de
financiación que adecue su capacidad de intervención en el territorio a
las exigencias de los servicios que gestiona, y que deben contemplar los
de carácter más social. En consecuencia, muestra su rechazo frontal a
la Reforma de la administración local propuesta por el gobierno del
Partido Popular, porque supone un golpe de Estado a los Ayuntamientos y
al municipalismo.
2.- Apuesta por un desarrollo de los municipios como espacios y ejemplo
de democracia participativa que estimule la vertebración social y
comunitaria, conceda a la ciudadanía la toma de decisiones y contribuya a
la creación de poder popular desde la institución más cercana al pueblo
trabajador.
3.- Insta a la militancia comunista a construir Bloque Político y Social
también en el ámbito municipal, fortaleciendo el tejido asociativo en
el movimiento vecinal y las entidades locales, así como en cuantos
frentes de lucha se articulen en defensa del territorio, local, rural o
urbano.
3.- LA ELABORACIÓN DE UNA PROPUESTA DE DEMOCRACIA AVANZADA Y PARTICIPATIVA-
El capitalismo utiliza las crisis que genera para producir sistemáticos
recortes sociales y económicos sobre la clase trabajadora, y construir
un relato político según el cual el problema último reside en la Política
y en las organizaciones políticas. Un discurso peligroso que abre la
puerta a tesis populistas y fascistas, precisamente en un contexto
social de empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora y
emergencia creciente de las organizaciones de ultraderecha.
Para el Partido Comunista de España es urgente responder activamente y
seguir ofreciendo a la clase trabajadora instrumentos con los que
combatir tanto al capitalismo como al fascismo. Y uno de esos pasos
imprescindibles pasa por profundizar los mecanismos democráticos con los
que la clase trabajadora puede fiscalizar a los representantes elegidos
por ella.
El PCE impulsará el desarrollo de medidas que avancen hacia una
democracia participativa, con instrumentos de control real. En lo
concreto planteamos impulsar un amplio encuentro social para elaborar
una propuesta constituyente de un modelo de democracia participativa,
para trasladar a las instituciones y a las fuerzas políticas y sociales
que, al menos, contemple:
- Creación de un Consejo de Control Social y Democrático de la Gestión
Publica, en la que se depositen los diferentes programas electorales y
se haga un seguimiento de su cumplimiento, ya que los programas
electorales deben ser un contrato de obligado cumplimiento entre la
fuerza política que lo presenta y la ciudadanía que lo respalde.
- Regulación más efectiva de las campañas electorales para limitar
gastos y ampliar la pluralidad, de manera que lo fundamental sea el
debate publico y la información programática, con la prohibición de
donaciones privadas a los Partidos Políticos
- Regulación e instauración de los revocatorios tanto para los cargos
públicos como para los dirigentes políticos, con la idea de evitar que
los representantes se separen de quienes les han elegido y de sus
intereses.
- Regulación de la obligación de que los representantes públicos y
dirigentes políticos rindan cuentas de su gestión anualmente y poder
recibir al mismo tiempo nuevas propuestas.
- Desarrollo de mecanismos de participación de los movimientos sociales,
sindicales y ciudadanos en las instituciones, de forma especial en el
Parlamento.
-. Elaboración una Ley electoral que permita una representación real y proporcional de los electores/as en las instituciones.
Por último, el XIX Congreso del PCE reitera su compromiso con la unidad
de la izquierda, una unidad desde la base, que se materializa y parte
del proyecto de IU, una de las principales y más duraderas experiencias
de unidad de la izquierda en España. Un proyecto que aglutina a una gran
parte de la izquierda política, que tiene que crecer y ampliarse como
Movimiento Político y Social, en el marco de un proceso de convocatoria
que aglutine a la mayoría social que sufre la crisis, defendiendo la
máxima unidad de las fuerzas de izquierdas, de los movimientos sociales,
de los sindicatos de clase, para disputar la hegemonía y el poder a la
derecha y avanzar hacia el socialismo y el comunismo.
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