El objetivo de este informe es definir cuáles son nuestras tareas
inmediatas. Se proponen cinco tareas sobre las que trabajar en el ciclo
político que ahora se inicia:
1. Definir un discurso político que sustente una serie de propuestas
políticas a desarrollar en materia económica, social, de libertades y
Modelo de Estado.
2. Defender un proyecto de ruptura democrática y social como salida a la crisis de régimen.
3. Desplegar a nuestra organización en la calle por medio de una campaña
centrada en defensa de nuestro proyecto constitucional que confronte
con quienes planteen su reforma, y hacerlo desde el conflicto social que
ponga en evidencia a quienes son culpables de la crisis, la patronal,
el Ibex 35, y los gobiernos cómplices.
4. Ampliar la base social de quienes estamos por la ruptura con un
trabajo sostenido en el tiempo y con especial atención en los nuevos
sectores asalariados, hay que poner en marcha una nueva fase de la
estrategia de unidad popular, mucho más social, mucho más basada en la
confrontación social que en la electoral, en este sentido hay que
promover y participar en nuevas asambleas que sostengan el impulso
alcanzado en la pasada campaña electoral.
5. Activar la lucha cultural, se trata de contraponer una alternativa
cultural al intento de imponer el pensamiento único desde una cultura
insolidaria, consumista que de soporte a la dictadura del capital desde
el dominio de los medios de comunicación sobre el pensamiento crítico.
En función de estos objetivos, en la primera fase del Congreso
elaboraremos un informe de coyuntura que nos sitúe ante los retos que
tenemos que afrontar en este año y que prepare la base para elaborar un
Manifiesto-Programa como objetivo político de la segunda fase.
CRISIS DE GOBERNABILIDAD COMO NUEVA FASE DE LA CRISIS DE RÉGIMEN
Después del 20D asistimos a una nueva vuelta de tuerca de la crisis de
régimen que abrieron las primeras movilizaciones contra la crisis y el
15-M, esta vez la crisis de régimen tiene forma de crisis de
gobernabilidad, que no se va resolver con la constitución de un gobierno
precario, si es que se consigue, ya que lo que busca es conseguir la
estabilidad y la paz social que permita imponer nuevas medidas de ajuste
y recorte que mandata la troika sin coste social y político.
En este sentido son tres los escenarios que se plantean como salida de la crisis:
Un primer proyecto de carácter continuista, donde cabría incluir al
empresariado tradicional español de sectores como el inmobiliario, el
turístico o de restauración. A nivel de geografía electoral su apoyo se
concentra en las provincias del interior, zonas de agricultura
subvencionada por la UE y sector servicios tradicional. La prioridad
política de dicho proyecto es constitucionalizar las políticas de
austeridad, la vuelta a casa de las mujeres y en especial, la adopción
de una reforma electoral de carácter mayoritario.
Existe un segundo proyecto de carácter regeneracionista definido como la
necesidad de asumir cambios superestructurales sin modificaciones en la
estructura económica y laboral del país. Proyecto regeneracionista que
cuenta con un fuerte apoyo urbano centrado en la España del litoral,
Madrid y la cuenca del Ebro, que constituyen las zonas económicamente
más desarrolladas y más insertadas en la globalizaciónn. Segunda
Transición que tiene fuertes bases de apoyo en sectores empresariales
transnacionalizados. El elemento central de dicho proyecto es la reforma
constitucional.
Un tercer proyecto vendría definido por la defensa de la ruptura
democrática que pone en valor la vida de las personas bajo la forma de
proceso constituyente. Su mayor expresión política es IU-UP y sectores
de la izquierda nacionalista. Sus bases electorales han quedado
reducidas. Sin embargo, su base social puede ser más amplia sobre todo
en las zonas de las periferias urbanas más afectadas por la precariedad
laboral, sectores que son la base de una nueva expresión del conflicto
social como el caso de Coca Cola en Lucha o Movistar.
Conseguir esta estabilidad que imponga nuevamente políticas antisociales
necesita consensos sociales que frenen los conflictos, en esta ocasión
el consenso puede conseguirse desde el miedo o desde la confrontación
territorial entre nacionalismos catalanista y españolista.
En este sentido el acuerdo alcanzado en Cataluña entre las CUP y
Convergencia volverá a poner en primer plano la tensión territorial y a
poner en crisis el modelo de estado y servirá de argumento a quienes
plantean un pacto de estado que tape la cuestión social con la
confortación territorial, nuestro reto es ser capaces de poner en primer
plano la situación real de la gente en la cuestión social y económica.
La realidad es que en estos momentos la crisis de régimen ha puesto en
cuestión el sistema de partidos con una debilidad del bipartidismo, que
está poniendo en cuestión el modelo de estado, pero que no toca el
modelo social y económico, a pesar de la existencia de una situación de
crisis social, con millones de parados, desahucios, precariedad, etc. no
se manifiesta con fuerza la necesidad de una ruptura social y
económica, que se ponga en evidencia que no se pueden garantizar los
derechos sociales, económicos, laborales sin cambiar el sistema
económico y que por lo tanto no puede haber paz social, ni estabilidad
política sin poner la economía al servicio de resolver los problemas de
la mayoría social, es decir sin confrontar con el capitalismo.
En función de este análisis, para profundizar las contradicciones del
sistema, es fundamental tener en cuenta los profundos problemas
derivados de la construcción de una sociedad basada en la precariedad y
la vuelta a casa de las mujeres como realidad estructural,
contradicciones que nos abre la posibilidad de generar un espacio para
la reconstrucción de nuestro proyecto en torno a este nuevo asalariado
urbano resultado de una década de crisis y de políticas de recortes,
cobra especial importancia la organización de los afectados por la
crisis, de forma especial las personas desempleadas, y al mismo nivel
hay que meter en la agenda las jornadas que se van a realizar en
Barcelona el próximo 6 de febrero por el MDM, como expresión de la lucha
contra el patriarcado como pilar del sistema.
Este potencial requiere centrar el eje de gravedad de nuevo en la calle,
para desde ahí, construir un proceso de Unidad Popular en torno a un
proyecto rupturista y de revolución democrática y social.
Por lo tanto hay que demostrar que la estabilidad política que se busca,
el go-bierno de consenso que se pretende, el gran pacto de estado que
se propone, lo que busca ni más ni menos es imponer nuevas medidas
antisociales y autoritarias, por lo tanto en medio de ésta crisis de
gobernabilidad se abre la posibilidad de acelerar las contradicciones
dentro del régimen si ponemos en evidencia ese objetivo, si conseguimos
que se ponga de manifiesto el conflicto social, se ponga en primer plano
la confrontación capital/trabajo.
Si conseguimos este objetivo estaremos en condiciones de generar la
movilización necesaria para sustentar socialmente la construcción de una
opción de cambio de carácter rupturista, para ello es necesario el
despliegue de la organización en la calle iniciado con la campaña
electoral, esta vez centrado en la defensa nítida de un proyecto
rupturista de salida a la crisis de régimen.
Tenemos en marcha una campaña por la ruptura democrática que hay que
reactivar, y presentar en el próximo Comité Central un plan de trabajo
que se inicie con una acción que confronte directamente con los
culpables de la crisis,
Una campaña que tenga como eje la denuncia de la precariedad como base
del modelo social que se trata de imponer, y en la que tengan un papel
muy importante los ayuntamientos, se trata de implicar al poder local,
como institución más cercana al ciudadano, en la movilización, no es
casual que una de las primera reformas del Partido Popular fue disminuir
la capacidad del poder municipal, se trata ahora de reactivar esta
capacidad de los ayuntamientos de implicarse en los conflictos sociales.
SALIR A LA CALLE A DEFENDER NUESTRA POSICIÓN POLÍTICA DE RUPTURA DEMOCRÁTICA
Una de las tareas fundamentales en estos momentos es definir nuestra
respuesta a la coyuntura actual, ya que después de las elecciones del
20-D, a pesar de la profundización de la crisis de régimen, la
composición del próximo parlamento determina que el debate
constitucional se abre en forma de reforma y por lo tanto los cambios
constitucionales que se pretenden, no se harán bajo un proceso
constituyente de fuerte participación popular, sino bajo la política de
pactos parlamentarios.
Frente a esta situación, el PCE debe situar el marco de actividad en la
sociedad y articular una campaña que movilice a nuestra militancia en
torno a un solo discurso desde diferentes espacios y que haga de la
calle su principal marco de reconstrucción política. El objetivo externo
es hacernos reconocibles en torno a una propuesta propia, mientras que
el objetivo interno pretende evitar “la vuelta a los cuarteles” de la
una militancia que ha sido lo mejor de campaña electoral.
Nuestro reto es demostrar que no es posible una salida social de la
crisis en beneficio de la mayoría sin la construcción de un nuevo País,
por eso la campaña por un Nuevo País, no es una cuestión electoral, sino
la base de nuestra propuesta política y debe tomar el carácter de
defensa de un proceso constituyente, de una nueva constitución en la que
se materialice el proyecto político de revolución democrática que
defendemos, en torno a tres ejes centrales:
1. Acabar con nuestra condición de país periférico en torno a la
reivindicación de la derogación del artículo 135.3 de la CE. Europa no
ha estado en la campaña de los cuatro grandes, pero la UE sí ha
intervenido en campaña marcando claramente que los recortes y políticas
de ajustes van a continuar. Este silencio sobre la UE se relaciona con
la aceptación por parte de los cuatro grandes de la Europa del Euro y
nos permite desplegar un discurso social de denuncia frente a las
consecuencias de los que significa el 135.
2. Defender una Constitución que tenga como eje el derecho a un trabajo
no precario al reparto del trabajo productivo y reproductivo y reconozca
el trabajo garantizado como principio rector de nuestro modelo
socioeconómico. Dentro de este eje se incluye el trabajo de construcción
de un nuevo modelo de desarrollo, de planificación democrática y de
recuperación de sectores estratégicos que se ha defendido en solitario
durante la campaña electoral. Este punto permite recuperar presencia
dentro del movimiento obrero, del movimiento feminista movimientos
sociales ligados a la defensa de lo público como las mareas y ganar
presencia en sectores técnicos, de profesionales, académicos y
científicos, en el mismo sentido cobre importancia el trabajo en los
colectivos sociales de solidaridad popular.
3. La reivindicación del municipalismo como elemento central de
organización del Estado y de asunción de la democracia participativa. La
ausencia de posición de las alcaldías del cambio unido a nuestro peso
en la vida municipal nos permitirá desplegar una campaña de defensa de
democracia municipal en torno a varias ideas: el reparto del trabajo
productivo y reproductivo y el trabajo garantizado, las propuestas de
planes de emergencia social, un modelo productivo ligado a las
necesidades sociales, medioambientales y territoriales y procesos de
democracia participativa y paritaria, solo son posi-bles desde un estado
de base municipal. Este plano permite desplegar campañas que hagan de
lo local un eje abandonado por los cuatro grandes en forma de actos como
encierros, declaraciones institucionales, mecanismos de presión en los
gobiernos municipales de los que formamos parte, articulación de
acciones reivindicativas con el tejido social y acciones similares.
Todos estos elementos suponen una impugnación de la economía de mercado
como elemento rector de la sociedad y de la democracia representativa
como único marco de toma de decisiones.
Campaña por una Constituyente con la que seguir el camino andado con
todos los sectores que se han acercado a la Unidad Popular y demás
sectores sociales con los que defender un nuevo proyecto de país en
torno a la defensa de nuestra soberanía, igualdad de derechos y trabajo
garantizado.
PREPARAR A LA ORGANIZACIÓN PARA LA FASE QUE VIENE
Nada de lo anterior es posible sin el debate colectivo y la implicación
de los cuadros medios en la construcción de la política del PCE, para
ello es imprescindible una autocrítica colectiva, un cambio real de
táctica, de manera que no se quede solo en los papeles lo que venimos
planteando desde hace tiempo de la supremacía de lo social sobre lo
institucional, y trabajar para conseguir un nuevo escenario que nos
permita disputar la hegemonía, un repliegue organizativo para preparar
una ofensiva política que cambie la actual correlación de fuerzas.
En este sentido adelantamos algunas ideas:
La Vía Democrática Hacia el Socialismo, teorizada desde final de los
años sesenta, se fue convirtiendo en la practica en Europa, en un
aceptar las reglas del juego del sistema sin plantearse su ruptura.
De forma gradual el PCE y posteriormente IU, no han podido romper una
realidad que sitúa en las instituciones la centralidad, casi en
exclusiva, de la vida política, sin haber sido capaces de caracterizar
bien a los adversarios y su control de todo el entorno que les garantiza
una supremacía en ese terreno, medios económicos, financieros, y los
aparatos del Estado, las empresas de co-municación.
El Partido hoy es una organización dedicada fundamentalmente a preparar
las contiendas electorales, ya que tenemos que reconocer que a pesar de
los intentos de construir un partido que organice la lucha social y
política, estamos muy lejos de conseguirlo, tenemos que preguntarnos por
qué ha sido así, y de forma especial por qué no hemos sido capaces de
impulsar los acuerdos que se han tomado a nivel federal en este sentido.
La clave que tendremos que resolver en las dos fases de este Congreso es cómo organizar el Partido para el conflicto social.
Confiar que solo con un posible triunfo en el campo electoral, nos
desmovilizó allí donde verdaderamente se disputa la hegemonía frente al
capitalismo patriarcal: en los centros de producción, en todos los
sectores afectados por las políticas neoliberales, en los centros de
educación, en la cultura, en la ciencia y aparatos del Estado.
En la práctica, y fruto de ese error táctico, llegamos a pensar que
sería posible confrontar con el Sistema Capitalista sin una organización
social y cultural de las ideas socialistas en la sociedad, sin una
fuerte organización del Partido y la configuración de un Bloque Político
y Social, con capacidad de movilización y de respuesta a las agresiones
antisociales, con disposición al combate ideológico, con una
revalorización de lo colectivo frente a lo individual.
El Partido debe afrontar esta Nueva Etapa con la voluntad de DISPUTAR la
hegemonía capitalista en el terreno de juego del conflicto de la lucha
de clases, que se plasma en el conflicto social y patriarcal, la lucha
por la Paz, reorganizándonos en función de esa lucha.
Las citas electorales son un complemento en la batalla por esa
hegemonía, levantan acta del grado de influencia social alcanzado por el
Partido y el Bloque Político y Social del que formemos parte, son por
tanto importantes, pero no exclusivas en nuestra perspectiva política.
AMPLIAR LA BASE SOCIAL DEL PARTIDO
El país producto de la crisis en poco se va a parecer al de hace diez
años. El cambio en la estructura social es una de las principales
consecuencias de las políticas neoliberales en estos años de crisis,
idea que se pude resumir en una frase: adiós crisis, bienvenida
precariedad y desigualdad.
Producto directo de la precariedad estructural es el surgimiento de una
nueva forma de expresión del conflicto obrero, consecuencia de una
profunda transformación de la clase trabajadora fruto de su extensión,
crecimiento, feminización y precarización. Es en este sector donde se
encuentra un importante potencial político futuro, nuevo asalariado
urbano donde el PCE debe centrar gran parte de sus esfuerzos en la fase
política actual, por medio de cinco actuaciones.
Una nueva narrativa social de la crisis que recupere la idea de
conflicto social como motor de los cambios en nuestro país. El trabajo
de la FIM en torno al libro de Coca Cola en Lucha y la campaña de
presentación del mismo, pretende un mecanismo de toma en contacto con
las realidades laborales en conflicto existentes en todo el país en
torno al nuevo paradigma de conflicto obrero surgido de luchas como las
del personal de limpieza de Madrid, Coca Cola en Lucha, Movistar, las
mareas y otros conflictos.
Potenciar a nuevos referentes teóricos en torno a una renovación del
marxismo en España sobre la base de este nuevo sujeto y nueva expresión
del conflicto. El trabajo de la FIM “Conflicto y crisis: España
2008-2014” es el trabajo referente sobre el nuevo conflicto social y
sobre él se pretende nuclear en forma de seminario, a gran parte del
profesorado e investigadores que en el ámbito de la sociología, la
economía y el derecho hay en nuestras universidades, seminario que se
realizaría con la Escuela de Relaciones Laborales de la UCM y cuyo
objetivo es dar continuidad a este tipo de estudios e ir generando un
polo de pensamiento que sirva de referencia a la construcción de la
Unidad Popular.
A través de los trabajos de redacción del libro “Somos Coca Cola en
Lucha” surge la iniciativa de convocar para finales de mayo un encuentro
de colectivos laborales, sindicales, intelectuales y culturales que
tenga como eje el impulso de un movimiento social contra la precariedad
laboral en nuestro país.
La reivindicación de un nuevo marco de relaciones laborales pretende la
recuperación del conflicto social como eje de expresión del movimiento
popular frente al peligro de su institucionalización, a la vez que
pretende situar de nuevo en el debate político a los culpables de la
crisis, tomado como referencia el ataque a la patronal como su objetivo
movilizador principal.
Crear una práctica institucional desde lo municipal, centrada en el
trabajo no precario y la construcción de un nuevo modelo productivo, con
el objetivo de tomar a las alcaldías del cambio como eje institucional
principal en la defensa del reparto del trabajo productivo y
reproductivo, el trabajo garantizado y la lucha contra el trabajo
precario.
Actuaciones que definen una nueva praxis política del Partido desde la
que seguir impulsando la red de sindicalistas por la Unidad Popular,
activar nuestro trabajo teórico y coordinar nuestro trabajo
institucional.
La recuperación de Nuestra Bandera, entre otras herramientas, como
órgano de debate político y cultural del Partido, permitiría ofrecer a
nuestras agrupaciones de un instrumento de primer orden para la
organización de encuentros, mesas redondas, presentaciones y debates,
desde los que ir profundizando en el conocimiento por parte de la
militancia y por parte del activismo político de nuestra política.
En el mismo nivel potenciar el Movimiento Democrático de Mujeres como
herramienta necesaria para aglutinar a las mujeres por la Unidad Popular
y para construir la doble conciencia de clase y de género.
Todas estas perspectivas tienen que enmarcarse en el debate que se
plantea desde IU, no son cuestiones diferentes ni paralelas forman parte
de un mismo esquema, el de situar a la izquierda rupturista en
condiciones de recuperar la iniciativa y conseguir una correlación de
fuerzas sociales y políticas para una salida de la crisis en favor de la
mayoría, lo que implica construir un nuevo País.
Se trata de contribuir desde el PCE al desarrollo de dos procesos
interrelacionados y convergentes, por una parte la consolidación de la
estrategia de unidad popular en un espacio que repiense o construya el
futuro de una izquierda rupturista para este nuevo ciclo político y por
otra parte la Asamblea de IU que va a definir como se implica esta
organización en el primer proceso, al mismo tiempo tenemos que continuar
la recuperación de un PCE activo, con interlocución social y política,
visible e implicado en el conflicto social, este es el debate del
Congreso del PCE que Partido Comunista de España necesita la clase
obrera para afrontar la lucha de clases en este momento concreto.
En este sentido dejamos claro dos elementos, por una parte que no ha
fracasado la estrategia de Unidad Popular y que el futuro no pasa ni por
la disolución de IU en la nada, ni tampoco por la simple reconstrucción
de IU en sí misma, sino por la superación por desbordamiento de la
actual IU.
No es un proceso fácil y no podremos afrontarlo con ideas
predeterminadas en todo caso, tenemos elaboración suficiente para los
primeros pasos de ambos debates, las secretarías de Organización,
formación y Guía Programática deberían realizar un resumen de nuestras
elaboraciones para que sirvan de guía a nuestra militancia en la primera
fase de ambos procesos, tratando de acertar en objetivo, métodos y
desarrollo, para que sirvan a confrontar realmente con el sistema y nos
permitan tener construido en este año un espacio para la lucha social,
para la movilización y para el trabajo institucional.
En concreto para el próximo Comité Federal del 30 de enero deberíamos tener en marcha:
- Con el mayor numero de Asambleas de UP, al menos en su nivel
provincial, celebradas al menos con los objetivos de hacer balance
electoral, repasar los conflictos sociales y laborales de su entorno y
la puesta en marcha del espacio para repensar y reconstruir la izquierda
rupturista en este país.
La secretaría de Organización deberá presentar al Comité del 30 de enero
un informe de las asambleas celebradas y su desarrollo, para lo que
cada federación debe hacer un seguimiento de este acuerdo.
- Metodología y calendario para armonizar los procesos del PCE, con los
de IU y de UP, para que todos sean parte de un mismo proceso el de
situar a la izquierda en su mejor forma para la lucha social, es
fundamental aclarar y determinar la competencias, objetivos y temas a
debate de la primera fase del Congreso.
- Primeras propuestas concretas de cómo empezar la articulación concreta
del Bloque Social y Político, nuestra política de alianzas y el futuro
de IU, para aportarlo a los debates de la primera fase del Congreso y a
la Asamblea de IU, sabiendo que nuestras propuestas deberán ser
sintetizadas con las que presenten el resto de componentes de IU y
quienes se empiezan a implicar en la estrategia de UP.
- Plan de trabajo para afrontar la ofensiva contra los responsables de
la crisis, tenemos que plantear una verdadera agenda social, que suponga
una enmienda a la totalidad a las políticas de austeridad y recortes
que nos plantean desde la Unión Europea.
- En la idea de implicar a los ayuntamientos en la lucha contra la
precariedad y el modelo económico y social que la sustenta, planteamos
la necesidad de realizar un encuentro municipal en torno a las
posibilidades de los ayuntamientos de luchar contra la crisis y la
precariedad.
- Celebración de un encuentro de activistas sociales para poner en común el momento actual de los Movimientos Sociales.
- Os adjuntamos también el último informe sobre conflictividad laboral
de la FIM para que en el próximo federal indiquéis cual ha sido el
trabajo del partido en vuestros territorios con respecto a los
conflictos que se señalan en el mismo y sobre aquellos otros que pudiera
haber habido en el mes de diciembre.
Madrid a 10 de enero de 2016
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