Un 14 de octubre de 1952, Iosif Vissarionovich Stalin con su cotidiana y
humilde chaqueta, sin medallas, ni preciosos charreteros ni ojales del
generalísimo, con una sola estrella de Héroe del Trabajo Socialista en
el pecho subió al podio en el XIX Congreso del PCUS y dio su último
discurso público. Para vivir y liderar el gran país de los Soviets tenía
menos de cinco meses...
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