Manifestación contra la guerra. 23 de marzo de 2017
Manifiesto
Porque millones de personas están huyendo de sus hogares destruidos, por las decenas de miles ahogados en el Mediterráneo, por los muchos que se enfrentan a las “concertinas” de las vallas de Ceuta y Melilla, convocamos a manifestarse contra la guerra el próximo 23 de marzo.
Las políticas neoliberales de las últimas décadas, además de los graves estragos sociales y económicos ocasionados, ha venido agravando y acelerando las dos amenazas más importantes para la supervivencia humana: las armas nucleares y el cambio climático. El gobierno de EEUU, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, decretó la era de las implacables operaciones militares supuestamente para acabar con el “terrorismo” o con justificaciones “humanitarias”. Desde entonces, con el aval de la "Comunidad internacional" como hoja de parra, las grandes potencias occidentales, aliadas con Israel y con los estados más arcaicos y dictatoriales de Oriente Medio (Arabia Saudí, Qatar, Turquía) no han dejado de incendiar naciones y de causar su desarticulación política, su destrucción económica y social y su neocolonización (Iraq, Somalia, Afganistán, Libia, Yemen, Siria).
Estas intervenciones imperialistas han significado el fin de las formas del Derecho Internacional y del principio de no injerencia en la soberanía nacional, recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en la Carta de las Naciones Unidas (ONU). La decisión de Trump de aumentar el ya enorme presupuesto militar en 54.000 millones de dólares con el objetivo declarado de “ganar guerras de nuevo”, la exigencia a todos los países de la OTAN que incrementen los gastos militares y, también, el ascenso de la ultraderecha en Europa empeorarán el desorden, los desequilibrios económicos y sociales y el agresivo descontrol militar actuales.
A pesar de lo prometido cuando la Unión Soviética desapareció en 1991, la OTAN se expandió inmediatamente hacia Alemania del Este y en los años siguientes continuó hasta las mismas puertas de Rusia. La política militar de Estados Unidos y sus aliados condiciona a Rusia y China y a otras potencias a mantener los esfuerzos y gastos militares en una carrera armamentística demencial cada día más peligrosa. El mundo de hoy está sumergido en una crisis general que se expresa en forma de guerras de saqueo y crímenes contra la humanidad, el aumento de las desigualdades y la pobreza, el calentamiento global y exterminio de especies, la manipulación masiva por los grandes medios de “comunicación” y el cada vez mayor control de la ciudadanía, el aumento de la xenofobia, las dificultades crecientes para la libre circulación de las personas que huyen de la miseria, el comportamiento vergonzoso con los refugiados de las diversas guerras, la construcción de muros…
En el extenso catálogo de violaciones del Derecho Internacional, bajo la retórica de las “intervenciones humanitarias”, España ha aumentado su protagonismo y sus compromisos. En la actualidad mantiene 16 misiones militares activas repartidas por diferentes países de Europa, Oriente Medio y África. Y no deja de aumentar, como el reciente envío a Letonia de efectivos, carros de combate, vehículos y armamento diverso. De esta forma, el Estado español coopera en una lógica belicista que ha destruido cientos de ciudades y pueblos y ha matado a miles de hombres y mujeres, mayores y niños. Y todo con el único objetivo del control geopolítico que permite el saqueo de las tierras, las aguas, las materias primas y los recursos naturales de esos países. Siria ha sido el último y devastador ejemplo de cómo el desprecio por el Derecho Internacional y por la soberanía nacional que practican las potencias occidentales, y su brazo armado la OTAN, lleva el horror, la muerte y la destrucción a una nación entera y provoca la multiplicación de los ejércitos y los países intervinientes.
La situación geoestratégica de Andalucía (cercanía a África y a Oriente Próximo) ha estimulado su conversión en uno de los territorios más militarizados de Europa. Las bases de Rota, Morón y Gibraltar inscriben a Andalucía en una posición medular para la estrategia militar de la OTAN y en un escenario bélico privilegiado y fatídico en caso de guerra. Con la connivencia activa de los gobiernos de España y de Andalucía, se han reforzado las bases y su papel en las intervenciones militares en el extranjero. El escudo antimisiles de Rota, la Fuerza especial Tierra-Aire del cuerpo de marines en Morón y la importancia de Gibraltar para el transporte de armamento nuclear han posicionado a Andalucía en una peligrosa vanguardia de la militarización y la cultura de la guerra.
Denunciamos la creciente especialización de la industria andaluza en producción militar y también la difusión en los medios “informativos”, incluso en el ámbito escolar, de la cultura militar.
Si no actuamos pronto la humanidad se precipita hacia un destino sombrío. La crisis sistémica de un capitalismo agotado y sin soluciones para la humanidad ha alcanzado un punto crítico de desorden y el uso cada día más probable de las armas nucleares significaría una siniestra hecatombe.
Las acciones militares españolas en el extranjero no son intervenciones humanitarias sino actos de guerra.
Debe cesar la complicidad del gobierno de Andalucía con esta lógica de guerra y de militarización de nuestro territorio.
Andalucía debe ser tierra libre de OTAN y de bases militares extranjeras.
Andalucía debe reivindicarse y proclamarse como tierra de paz, de acogida y de solidaridad internacional.
GASTOS MILITARES PARA FINES SOCIALES
NO A LA GUERRA
ANDALUCÍA POR LA PAZ
Plataforma de Sevilla contra la guerra
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