Secretaria de Comunicación / 14 nov 15
Así mismo expresamos los mismos sentimientos por otro brutal atentado cometido ayer en Líbano y que ha causado más de cuarenta muertos y centenares de heridos y por todos aquellos que sufren y mueren día a día, en los conflictos de Oriente Medio, África y Ucrania sin repercusión alguna en los medios de comunicación occidentales.
Desde el PCE queremos dejar clara nuestra repulsa por el terrorismo yihadista y por la barbarie que emplea para conseguir sus objetivos, pero al mismo tiempo llamamos la atención de la opinión pública para preguntarnos cómo es posible que se haya llegado a esta situación de desprecio absoluto por la vida humana, qué está ocurriendo para que sucedan hechos de este tipo.
Debemos recordar cómo en los años noventa y fundamentalmente tras los atentados contra las Torres Gemelas, todo el entramado jurídico de Paz y Seguridad construido por la comunidad internacional tras la segunda guerra mundial fue violado y dejado de lado. Cómo, con el pretexto de lo que se denominó primero las intervenciones humanitarias y luego la guerra contra el terrorismo, las potencias occidentales, con EEUU a la cabeza y Europa de fiel escudero, agredieron abiertamente a Yugoslavia, Panamá, Somalia, Afganistán, Irak, Libia y Siria con la OTAN como brazo armado ejecutor de una política agresiva e imperialista que no cesa con tal de asegurarse el control de los recursos naturales del planeta.
Del mismo modo conviene no perder de vista las relaciones que se han venido estableciendo en algunos momentos entre determinados servicios secretos occidentales y el terrorismo yihadista, así como el apoyo que éste ha recibido de los países del golfo y, fundamentalmente de Arabia Saudí, aliada de EEUU. A la vez que, es necesario recordar cómo las potencias occidentales ignoran resoluciones de Naciones Unidas que podrían resolver conflictos como el palestino o el saharaui influyendo en una mayor desestabilización de sus respectivas zonas.
Toda esta situación y la reacción que provoca, unido a los intereses geoestratégicos de las grandes potencias han generado dolor, muerte, pobreza, fanatismo, inseguridad y, también un retroceso en las libertades y el bienestar a escala global.
Hoy más que nunca expresamos nuestra firmeza en nuestras convicciones antiimperialistas, en nuestro rechazo a la OTAN y en nuestra posición antibelicista. El imperialismo y el capitalismo unidos están creando situaciones monstruosas de ataque a los derechos humanos y a la alimentación de un terrorismo inclasificable en su concepto pero no en su actuación desestabilizando las sociedades y alimentando a la extrema derecha, y el ataque físico a los y las refugiadas.
Desde el PCE seguimos apostando por el rechazo a la guerra y la restauración de la legalidad y el derecho internacional.
Por último, creemos que sólo desde el respeto a la soberanía de los países, a la carta fundacional de Naciones Unidas, desde el respeto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos será posible conjugar paz, igualdad y desarrollo de las libertades, individuales y colectivas.
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